31.3.05

REFLEXIONES



Han transcurrido diez días desde mi último escrito y pienso que ya es hora de plantearme las causas de tan prolongado silencio.
En este intervalo de tiempo no ha ocurrido nada de extraordinario, estoy huérfano de motivos interesantes que puedan ser comentados con la espontaneidad que requiere la fidelidad que me he propuesto transmitir cuando tengo algo que compartir.

Es cierto que atravieso por una transitoria etapa de apatía epistolar, no se si debido a la medicación que inicié hace unos meses por indicación de mi doctora para aliviar el estado de ansiedad y que está surtiendo unos efectos mas allá de lo previsto.
Cuando repaso los relatos del diario de hace un año, observo que hay una diferencia notable con mis sentimientos actuales que tienden mas a la moderación y la ecuanimidad.

Asimismo los inevitables duendes de la informática, me han jugado estos días un cúmulo de contratiempos para poder estar operativo y ha habido días en los cuales era imposible acceder a los mas elementales programas del ordenador.
Espero poder superar esta crisis de comunicación en la que me encuentro y volver a tener motivo para compartir con mis asiduos seguidores, las pequeñas historias cotidianas de vuestro incondicional e ilusionado jubilado.

21.3.05

PRIMAVERA



LA PRIMAVERA HA VENIDO,
NADIE SABE COMO HA SIDO.
HA DESPERTADO LA RAMA,
EL ALMENDRO HA FLORECIDO.
EN EL CAMPO SE ESCUCHABA
EL “GRI-GRI” DEL GRILLO.
LA PRIMAVERA HA VENIDO,
NADIE SABE COMO HA SIDO.

Llevamos escasas horas disfrutando la entrada de la nueva estación en el hemisferio norte. Empezamos con ilusión el ver florecer la naturaleza, en la ciudad los árboles, los jardines, los balcones de las casas adornados con las nuevas plantas que irrumpen con sus variadas gamas de colores, pregonando la venida del tiempo de la fertilidad de los campos y anuncio de días llenos de luz, con amaneceres cada día mas tempranos y atardeceres mas dilatados.

Este invierno que ha concluido, ha sido mas largo y frío de lo habitual y por eso celebramos alborozadamente la llegada de la novia primavera que nos deparará múltiples horas de esparcimiento de los que tan necesitados estábamos.

He podado las plantas que tras el letargo invernal, reclamaban con sus nacientes brotes, abrirse paso para iniciar su ciclo anual.
Las jardineras que están en el exterior, acogerán con júbilo la plantación de nuevas especies que inundarán de colorido y fragancia nuestro entorno.
Las interiores, mas delicadas y protegidas, seguirán creciendo con su ritmo habitual.

Bienvenida, Primavera

18.3.05

AMIGOS



Es habitual en las relaciones humanas querer compartir con otras personas nuestros conocimientos, vivencias y afectos. Todo ello empieza con un primer contacto a través de una presentación personal en unos casos y en otros por algún medio de comunicación.
De este modo se inicia una relación de conocimiento mutuo entre ambas personas que intercambian opiniones y sugerencias que pueden derivar en amistad.
La definición de amistad consiste en un afecto personal, puro y desinteresado , ordinariamente recíproco, que nace y se fortalece con el trato.

Dícese que con el roce viene el cariño y tanto es así, que lo que empezó siendo una leal amistad se convierta en un entrañable amigo.
En la infancia, la adolescencia y la juventud, es muy fácil hacer amigos porque el entorno en el que se vive te predispone diariamente a esas relaciones de compañerismo que no están mancilladas por retorcidos sentimientos.

El amigo es como una hermosa flor que has de cuidarla y regarla cada vez que es necesario, por que si no acabará mustia y decrépita.
A lo largo de los años todos decimos que tenemos amigos, pero lo cierto es que una verdadera amistad dura según la relación que mantenemos con ella.
Tenemos amigos del colegio, del instituto, de la universidad, de la mili, de cuando somos solteros o casados, de juegos de azar y deportivos, de fiestas y banquetes, de trabajo y de vecindad, decenas de personas a las que automáticamente los calificamos de amigos sin tener en cuenta la verdadera definición del vocablo.
Todos ellos son conocidos y con algunos mantenemos una amistad, pero realmente amigos, no quedan mas que los dedos de una mano.
La sabiduría popular refleja con estos dichos la certeza de mi aserción:

AL AMIGO, CON SU VICIO
AL AMIGO QUE NO ES CIERTO, CON UN OJO CERRADO Y EL OTRO ABIERTO
CUANTO MAS AMIGOS, MAS CLAROS
MAS VALE UN AMIGO, QUE PARIENTE NI PRIMO
RENIEGO DEL AMIGO QUE CUBRE CON LAS ALAS Y MUERDE CON EL PICO

16.3.05

TRANSPORTES



Para mis desplazamientos por Barcelona utilizo normalmente los servicios del metro por su rapidez y el corto tiempo de espera entre uno y otro convoy.
A escasos metros de mi casa, tengo una parada del bus que no suelo utilizar por que la frecuencia de paso es superior a los veinte minutos y normalmente cuando lo estoy esperando, hace poco que ha pasado. La espera al borde de la acera me produce una sensación de impotencia y frustración. Es evidente que viajar en bus es mucho mas ameno, por que te permite distraer la atención contemplando el paisaje urbano y no tener que estar pendiente de los usuarios que te rodean.

En cambio en el metro, si el trayecto es de varias estaciones, la única posibilidad a tu alcance es ir observando disimuladamente a los otros pasajeros para observar estratégicamente su compostura.
Los hay de todas las razas, de todas las edades, de diversa condición.
Unos van con la mirada perdida, ensimismados en sus problemas. Otros mantienen entre sus manos un libro enfrascados en su lectura. Algunos ojean el diario gratuito que olvidarán al final del trayecto. Y lo que mas me llama la atención, son los que van con los auriculares oyendo su música preferida y los que con beatífica postura, entornan los ojos para disfrutar de unos minutos de sueño atrasado.
Estos últimos siempre son jóvenes que por alguna circunstancia aprovechan éstos descansos para recuperar las horas dedicadas a sus entretenimientos favoritos.

Viajar en el metro es para un hábil observador, la historia de múltiples vivencias que cada uno de sus protagonistas deja reflejadas en su comportamiento habitual.

En los transportes urbanos es donde se halla la verdadera dimensión de la realidad humana, la voz silente del ciudadano anónimo que siempre sueña por un futuro mejor.

11.3.05

25.000



Hoy se cumple el primer aniversario de los luctuosos sucesos de la masacre terrorista de Madrid. Quiero dejar patente un recuerdo a las 192 víctimas mortales y los mas de 1500 heridos de tan aciago día que cambiaron para siempre el rumbo de sus vidas.

En cuanto a nivel personal, hoy cumplo los 25.000 días de mi existencia. Son muchas las 600.000 horas que hasta éste momento llevo vividas.
En tan prolongado tiempo he tenido como cualquier ser humano, días buenos, regulares y menos buenos, pero de todos ellos he aprendido alguna lección que me ha servido para afrontar los acontecimientos que la vida nos va deparando.

De mi infancia puedo decir que fue regular debido a la época en que transcurrió, carente a menudo de los medios necesarios para vivir dignamente. Los años de la posguerra fueron tiempos difíciles en los que escaseaba de todo y que había que conformarse con lo que se tenía. Tuve una educación aceptable, pero no la que hubiera deseado por motivos religiosos y la situación política que nos tocó obedecer.

Con mi adolescencia llegó el momento de abandonar los estudios y empezar a los trece años a colaborar con mi trabajo al sostenimiento de la debilitada economía doméstica.
Los siguientes años de mi juventud fueron de intensa dedicación para ir logrando los objetivos que me había propuesto y que poco a poco se convirtieron en realidad. Fueron unos felices años de trabajo y también de amores y amistades.

A partir de la década de los sesenta, el noviazgo, mi matrimonio y el nacimiento de nuestros hijos, fueron el principio de mi época dorada y el estímulo para conseguir formar un hogar lleno de risas y felicidad.

Hasta aquí he llegado con los altibajos que toda vida conlleva, con una salud aceptable, el descanso merecido de la jubilación, el amor de mi esposa, el cariño de mis hijos y nietos y la satisfacción de haber cumplido con mi conciencia.

8.3.05

MUJERES



Tal día como hoy de 1908, murieron 129 mujeres en el incendio de una fábrica textil en Nueva York en la que se habían encerrado para reclamar iguales derechos laborales que los hombres, lo que dio origen a la instauración del Día de la Mujer Trabajadora.

A pesar de tantos años como han transcurrido, aún queda mucho por hacer para lograr un equilibrio justo entre las aspiraciones de la mujer en el campo laboral respecto a las que detentan los hombres en multitud de profesiones y cargos.

Las reivindicaciones femeninas llevan décadas luchando para conseguir escalar posiciones que las igualen a los hombres en cuanto a salario y puesto de trabajo.

Recuerdo de mi infancia que la mujer era sinónimo de ama de casa, dedicada a las labores del hogar como así constaba en su filiación y que eran pocas las que cursaban estudios universitarios o profesionales.
Así como los hombres teníamos la obligatoriedad de hacer el servicio militar, la juventud femenina tenía que ejercer unos cursos de auxilio social que las implicaban para desarrollar toda clase de tareas domésticas.

Cuando conocí a la que sería mi esposa, fue una de las que decidió romper con las ataduras paternalistas y emprendió el camino de su emancipación a través de un trabajo que la independizó y abrió nuevos horizontes profesionales.
Siempre ha sido una gran trabajadora de nuestro hogar, esposa y madre inigualable. Sin esperar nada a cambio, nos ha dado todo lo que poseemos y que nunca podremos pagarle como se merece.

En la salud y la enfermedad
En la pobreza y la riqueza
Mujer te doy, que no esclava

4.3.05

MIEDOS



Se define el miedo como una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o mal que realmente amenaza o que se finge la imaginación.
En la infancia se llaman terrores nocturnos al despertar en medio de la noche, acompañados de llanto y una aparente desconexión con el medio que lo rodea durante los primeros instantes. Si se le pregunta la causa del llanto no sabe responder y pareciera no haber despertado aún.

También en mi infancia teníamos miedo al castigo que nos podían infligir por haber echo novillos , por haber cogido una peseta del monedero de la madre para gastarlo en cromos, por la penitencia que nos iba a imponer el confesor a consecuencia de infringir los mandamientos, por la incertidumbre de los exámenes escolares.

En la adolescencia los miedos al enfrentarse con encontrar un trabajo, las primeras relaciones con el sexo opuesto, el saber escoger las amistades adecuadas.
Miedo a tomar decisiones que pueden cambiar el rumbo de tu existencia. Una boda equivocada, una hipoteca inacabable, cambiar de ocupación o quedarse en el paro.
Temor a las salidas nocturnas, intranquilidad al circular por los desiertos pasillos del metro, recelo al cruzarte en la solitaria calle con el que te viene de frente.

Miedo a las enfermedades, a la posibilidad de una invalidez perpetua, a la muerte.
Hay el miedo cerval, el grande o excesivo. El insuperable, que imponiéndose a la voluntad de uno con amenaza de un mal igual o mayor.

No todas las personas reaccionan de la misma manera ante los acontecimientos que vivimos, pero creo que la inmensa mayoría sienten de vez en cuando esa sensación de intranquilidad ante lo desconocido, llámesele miedo o inseguridad.

Opino que con la edad van desapareciendo muchos de los miedos que hasta entonces nos atenazaban y van quedando reducidos a los de nuestra salud y calidad de vida, problemas que desgraciadamente afectan a un considerable número de personas ancianas y con escasos recursos, de los cuales parece olvidarse la sociedad a la que pertenecemos.
Es una obligación de los poderes públicos proteger a los que con su trabajo y esfuerzo se merecen tener una vejez digna y tranquila y que las nuevas generaciones no olviden que también ellos llegarán a ser viejos.