8.3.05

MUJERES



Tal día como hoy de 1908, murieron 129 mujeres en el incendio de una fábrica textil en Nueva York en la que se habían encerrado para reclamar iguales derechos laborales que los hombres, lo que dio origen a la instauración del Día de la Mujer Trabajadora.

A pesar de tantos años como han transcurrido, aún queda mucho por hacer para lograr un equilibrio justo entre las aspiraciones de la mujer en el campo laboral respecto a las que detentan los hombres en multitud de profesiones y cargos.

Las reivindicaciones femeninas llevan décadas luchando para conseguir escalar posiciones que las igualen a los hombres en cuanto a salario y puesto de trabajo.

Recuerdo de mi infancia que la mujer era sinónimo de ama de casa, dedicada a las labores del hogar como así constaba en su filiación y que eran pocas las que cursaban estudios universitarios o profesionales.
Así como los hombres teníamos la obligatoriedad de hacer el servicio militar, la juventud femenina tenía que ejercer unos cursos de auxilio social que las implicaban para desarrollar toda clase de tareas domésticas.

Cuando conocí a la que sería mi esposa, fue una de las que decidió romper con las ataduras paternalistas y emprendió el camino de su emancipación a través de un trabajo que la independizó y abrió nuevos horizontes profesionales.
Siempre ha sido una gran trabajadora de nuestro hogar, esposa y madre inigualable. Sin esperar nada a cambio, nos ha dado todo lo que poseemos y que nunca podremos pagarle como se merece.

En la salud y la enfermedad
En la pobreza y la riqueza
Mujer te doy, que no esclava

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