25.11.06

VIVENCIAS



Han sido tres semanas altamente positivas las que hemos vivido en el ambiente familiar de mi hija Verónica y mi nieto Sasha en su residencia de Pals, en la comarca del Baix Empordà.


El motivo de nuestro desplazamiento a éste bello rincón medieval, era aportar con nuestra presencia un poco de apoyo a la apretada agenda que nuestra hija viene manteniendo por su situación familiar en los últimos meses y que de algún modo hemos contribuido a paliar para el desarrollo de su inmediato futuro,
A lo largo de éstos inolvidables días hemos compartido los mas cálidos momentos familiares de juegos infantiles, visionado de películas archiconocidas como La Sirenita, Mary Popins o Les Tres Besones y otras de las que no recuerdo el título. Lo mas importante ha sido ver reflejado en el rostro de mi nieto, la ilusión de compartir con sus abuelos las aventuras que de manera espontánea nos unian.

También hemos tenido ocasión para conocer los alrededores cercanos con gran raigambre histórica como Peratallada con su renombrado restaurant del Cau del Papibou.
Asimismo la visita al poblado Ibérico de Ullastret y una reconfortante mesa en el renombrado Restaurant Ibèric a base de cargols, bolets y fideus cassola y de postre manderines, figues i cigalò.


La inolvidable cena en el Hotel Restaurant de Sa Punta en la platja de Pals, lugar ideal para cualquier persona que sepa apreciar la belleza de nuestro litoral inapreciable como es la Costa Brava.
Y por último la deliciosa velada en el rincón por excelencia de la María de Cadaqués en pleno centro de Palamòs, lugar de obligada visita para los mas refinados gourmets y con fin de fiesta amenizado por un grupo de habaneras con un cremat incluído.

Estas tres semanas han sido otro episodio en el devenir de mi vida que han sido sumamente positivas por haberlas compartido con mis seres queridos y haber contribuido modestamente al feliz desenlace de ésta otra aventura que vislumbro con optimismo por el bien de mis mas queridos descendientes.

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