SELLOS
Hoy toca hablar del servicio de correos. El reparto de la correspondencia que diariamente deposita en nuestros buzones los empleados vestidos de amarillo y arrastrando el carrito conteniendo un diverso contenido de cartas, facturas, multas, citaciones, propaganda, papeletas del censo para ir a votar y otras varias, tiene un punto mágico diario como es el de abrir tu buzón y comprobar quien se ha acordado de ti.
Cuando ahora miro los sobres y veo que casi todos son de franqueo concertado, recuerdo los de hace años que llevaban pegado un bonito sello que inducía a iniciarse en el apasionante y lucrativo coleccionismo de la filatelia.
Durante muchos años fui guardando estos sellos que me atraían por múltiples razones y que sin coste alguno han ido engrosando una pequeña colección, que sin tener valor económico, lo tienen de nostálgico por su histórico pasado.
Hoy en día prácticamente ya no escribimos cartas a la familia y a las amistades, usamos el teléfono o los correos electrónicos y raramente recibimos un sobre con un sello de bella estampa para añadir a la colección.
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