TURISMO

Durante unos meses trabé amistad con un grupo de muchachos que trabajaban en una empresa contratada para la apertura y acondicionamiento de pistas forestales en las Tierras Altas de Soria.

Cada semana tenían que desplazarse desde Sasamon, de la provincia de Burgos, recorriendo más de un centenar de kilómetros para incorporarse a su trabajo los lunes.
Los viernes, una vez finalizados sus cinco días laborales, retornaban a su pueblo.

Les di palabra que en cuanto me fuera posible haría una visita a su localidad, ya que tenía intención de visitar su provincia en viaje de vacaciones.

El itinerario previsto era conocer la cornisa cantábrica y tras detenerme en Burgos para admirar su catedral, continué la ruta hasta el Monasterio de las Huelgas, de alto valor histórico.

Habiendo llegado hasta Espinosa de los Monteros, no tuve mas remedio que recorrer seis kilómetros para conocer el pueblo del cual es oriundo mi apellido, VILLASANTE.

En aquellos años era un bucólico remanso de paz, donde los bueyes transitaban parsimoniosamente al borde de la carretera y tras darles con la mano en el testuz , seguían su camino al cuidado del pastor.

Indagando el origen heráldico de la rama catalana, pues hay otras muchas esparcidas por doquier, tuve la siguiente versión contrastada:
En sinople y una torre de plata aclarada de gules, en cuyas almenas está un guerrero armado con una lanza y dando panes de oro, de los cuales tiene uno en la mano y están cayendo cuatro, dos por cada lado del castillo.

Después de satisfacer los posibles orígenes de mis antepasados, continué mi camino hacia el puerto de Alisas y adentrarme en territorio cántabro, hacia Solares e Isla.