PRECIOS

Ayer tarde decidí darme una vuelta por el Paseo de Gracia. Hacía más de un mes que no deambulaba por sus siempre animadas aceras. A pesar de que estamos a mediados de otoño, siempre hay turistas admirando la Casa Batlló y La Pedrera.









Como he bajado en el metro, me apeo en la parada Pº de Gracia –salida Aragón- y mi primera visita ha sido a la Casa del Libro. Me encanta pasear entre tantas estanterías abarrotadas de toda suerte de volúmenes. Hay de todo en éste fabuloso mundo de la librería.
Le pregunto a la recepcionista, para ahorrar tiempo e ir directamente al lugar donde están los libros que me interesan, me da su ubicación concreta y tras ojearlos por encima para saber si de verdad quiero adquirirlos, busco el precio que campea bajo el código de barras y el sobresalto que me invade al ver lo excesivo del importe a pagar, hace que desista hasta otro momento mas propicio para mi bolsillo.

Para ahogar un poco la pena de mi frustración literaria, decido entrar en Samoa, la cafetería en la que antaño era lugar de encuentro y tertulia con mis amigos, antes de lanzarnos a las conquistas del bello y débil sexo femenino (eso era antes, ahora es otra historia).

Total, pido una cerveza.

Me la sirve un camarero bastante inexperto e incompetente, tanto que a una pareja que está al otro lado de la barra que desea una segunda ronda de las cañas que han agotado, les vuelve a llenar en las mismas copas el nuevo servicio. Ante tanta falta de escrúpulo, pido la cuenta y otro sobresalto.

El tiket marca 2.12 euros.









Por ése precio decido llevarme por lo menos como recuerdo, el posavasos que han colocado bajo mi copa, que ni siquiera estaba sacada del congelador, vete a saber de que manera la habrán lavado.