11.11.04

MI CALLE



Desde que contrajimos matrimonio, siempre hemos vivido en ésta misma calle.
Por aquellas fechas circulaba un tranvía que tenía su punto de destino en la Plaza Cataluña ( hoy Plaça Catalunya ). Cuando la línea quedó erradicada, cubrieron los railes con una capa asfáltica y el tramo que discurre junto a la acera izquierda, en sentido descendente, empezó a ser ocupado por los primeros Biscuter, Isetta, Seiscientos, SIMCA y Dauphine.





Compartían plaza con las Sanglas, Ossa, Montesa, Vespa o Lambretta, las inolvidables marcas de motos y scooters.

En un radio de 200 metros, teníamos todo tipo de pequeñas tiendas típicas de barrio. Había un carpintero, un fontanero, una imprenta, una mercería, una carnicería, una pescadería, una panadería, una papelería, una charcutería, una granja, tres colmados (se denominaban ultramarinos), una farmacia y un bar.

Ahora todos esos locales que fueron el centro y encuentro de las amas de casa para intercambiar sus comentarios hogareños sobre los niños, la cocina, los vestidos y todo aquello que hacía barrio, permanecen con las persianas bajadas esperando un resurgimiento que no llega.

Sólo subsisten la farmacia, el bar y el supermercado, que se reconvirtió de cuando fue colmado. Para todas las compras que tenemos que efectuar, hay que desplazarse hasta las inmediatas avenidas que desbordan de todo tipo de comercios, inclusive bancos.

Quizás algún día vuelvan a abrir sus puertas las inolvidables tiendas de barrio, posiblemente atendidas por personas de otros países que buscan en nuestra Barcelona su oportunidad.

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