17.10.04

La apuesta

Todo empezó un domingo por la mañana, cuando nos reuníamos para almorzar los mas íntimos de la colla veterana de tenis. Unas veces lo hacíamos en el restaurante de la urbanización y otras en casa de alguno de nosotros. Este día tocaba en mi casa para celebrar mi cumple.


















Después de haber disfrutado de un suculento almuerzo y unos buenos carajillos, los que teníamos la mala costumbre de fumar, encendíamos nuestros pitillos con la consabida protesta de los no fumadores.

Los cinco y medio que éramos adictos ( uno de ellos lo era a medias ) argüíamos que estábamos en plena naturaleza y que nuestros humos no podían perjudicar los pulmones de los anti tabaco. Ellos respondían que siendo deportistas y ya mayorcitos, deberíamos cuidar nuestra salud, nuestro bolsillo y bla, bla, bla.

Toda ésta polémica acabó proponiendo a los viciosos una apuesta para ver quien tenía la fuerza de voluntad de dejar tan nefasta costumbre por un tiempo no inferior a un año.
Aceptamos el reto tres de nosotros. Uno duró una semana y le tocó pagar un almuerzo a los diez. Yo resistí diez meses y tuve que pagar un aperitivo. El tercero, el que lo hacía de vez en cuando, le fue mas fácil y se proclamó semi ganador de la apuesta. Que yo sepa no ha vuelto a fumar.

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