2.9.04

Rayos y truenos, vaya nochecita!!

Lo que vulgarmente llamamos una noche de perros, aunque no se que tienen que ver los perros con los efectos atronadores de la naturaleza. Debe ser que a la mayoría de ellos les horroriza el retumbar del trueno y aúllan lastimeramente buscando el refugio debajo de la cama. El mío no tiene este problema y se queda tan pancho, aunque intenta subirse a mi lado como para darme ánimos.

Total, que tras varios intentos para volver a conciliar el sueño, he decidido adelantar la hora de poner primero el pié derecho en el suelo y dedicarme a pensar en el nuevo día que se me venía encima.

A que no sabeis que conmemoro hoy?
Pues ni mas ni menos que el quinto aniversario de mi prejubilación.

Hace hoy cinco años, di por finalizada mi estancia en Los Villares. Era el primer día en que ya no tenía obligaciones laborales, después de cincuenta años ininterrumpidos de fichar cada día, a la hora en que todavía no han puesto las calles.
La despedida de los villarengos fue emotiva. Las mujeres, con sus manos trémulas, nos estampaban dos besos en las mejillas y los hombres, recios trabajadores del campo, con un fuerte apretón de manos sin poder reprimir que sus ojos se arrasaran por la emoción.










Y cargado el Ibiza con las últimas pertenencias y la ilusión de volver a mi querida Barcelona, comenzó la nueva etapa de poder dedicarme a disfrutar de mis ocios, de lo cual estoy absolutamente satisfecho

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