10.1.04

Hace muchos años que no voy a una sala de cine. Primero fue por la comodidad de alquilar películas en un video-club, después por grabar las que hacían en las diferentes cadenas de televisión, especialmente las de pago. Ahora es simplemente escoger entre todas ellas y acertar de vez en cuando con alguna cuyo tema pueda parecerme interesante. En lo que me llama la atención de todas las películas norteamericanas, son los mensajes reiterativos que deslizan casi al cien por cien, para que nuestro subconsciente lo vaya asimilando, tales como la bandera que siempre aparece una ó más veces. En los hogares, oficinas y bares siempre tienen la melita medio llena con café que siempre se toman en taza. Las cervezas siempre se las beben a morro, la mayoría de las ocasiones son en botellas de cristal, pero si van al supermercado son de lata y del arcón de los refrigerados. Antes fumaban como carreteros y bebían wishky, ahora nadie fuma y todo el mundo bebe vino. Cuando abren una botella de cava, nunca la sacan de la nevera por lo que pienso tienen el mal gusto de bebérsela del tiempo. Cuando chico conoce a chica, no pasa ni un día que no acaben acostándose y casi siempre tienen tanta urgencia que algunos ya empiezan en el ascensor. A menudo viven en casas espaciosas, individuales con porche y césped delantero, en calles ausentes de coches aparcados y de escasa circulación, recibiendo el diario que les lanza un ciclista ó la botella de leche a la puerta. Cuando salen imágenes de pobreza, drogadictos y gente indeseable, puedes apostar que son negros ó hispanos. Prefiero el cine inglés ó europeo ya que por lo menos me evita ver constantemente las barras y estrellas.

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