17.1.04

Era domingo, l7 de Enero de 1988. Comenzaba otro tomo de la enciclopedia de mi existencia.
A primera hora de la mañana partimos hacia tierras castellanas para iniciar una nueva etapa que duraría doce años. En la radio del 1430 sonaba una canción del grupo Duncan Dhu, Camino Soria, como si fuera una bienvenida a la ciudad que vió nacer a mi esposa y destino último de nuestro viaje. Casi a las puertas de la ciudad nos paramos para comer en el restaurante Cadosa y así celebrar el inicio de la nueva andadura. Los primeros meses de estancia, estuvimos residiendo en casa de la abuela Felipa y mi cuñada Carmen, hasta que posteriormente nos trasladamos a una vivienda en la calle Postas. En el mes de Febrero inauguramos el negocio que con el nombre de TIC-TAC TIENDAS, abarcaba un local destinado a papelería-librería y otro para la venta de ropa de señora, prendas y calzado deportivo.
El cambio radical en mi actividad empresarial fue positivo en el sentido que me hizo conocer otra línea comercial muy distinta a la que había desarrollado anteriormente. Pasé de vender aguas minerales al por mayor, a tener una clientela de jóvenes estudiantes para proveerles de todo lo necesario, por lo que tenía que hacer frecuentes viajes a Zaragoza para la compra de libros de texto y material escolar.
Asimismo viajábamos a Barcelona para las compras de la tienda que regentaba Mari Luz, para adquirir las prendas más modernas y vistosas que en cada época precisábamos.
Así empezó la aventura soriana que nunca me hizo olvidar mis raíces como catalán y siempre con la añoranza de mi ciudad y mi lengua.

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