No fue una inocentada, era el aviso de que teníamos que coger la canastilla y marcharnos hacia la clínica Adriano para ingresar a Mari Luz con los conocidos dolores de un parto inminente. Según nuestro criterio tenía que ser una niña, ya que hasta teníamos preparado el lazo rosa y sus primeras prendas del mismo color. El ginecólogo y la comadrona nos preguntaban como teníamos la certeza de que sería niña y les contestábamos que era pura intuición y así quedo demostrado. Sin ningún contratiempo nació Verónica, el cuarto de nuestros hijos. De tantos mimos que recibía por parte de todos, se aprovechaba hasta el punto de que su madre la llevaba rodeándole el cuello como si fuera una estola de piel de renard, mientras hacía las tareas domésticas ó atendiendo a sus tres hermanos. Siempre ha sido el símbolo de la coquetería femenina y del buen gusto en el vestir. Hoy en tu cumpleaños, en compañía de Manel y tu hijo Sasha, toda tu familia te deseamos muchísimas felicidades con todo nuestro cariño. Un beso muy fuerte de tus papás.