4.12.03

Hoy es Santa Bárbara, patrona del arma de artillería. Cuando hice la mili en Maestranza, éste era un día de fiesta y rancho especial. Mientras los compañeros disfrutaban de los actos propios del día, yo estaba encerrado en mi oficina de municionamiento, con guardia en la puerta, cargado el mosquetón con munición y orden de disparar si fuera necesario. Hacía treinta y seis horas que estaba en ésta situación, ignorando por que causa se me tenía incomunicado, nadie vino a notificarme las medidas que se habían adoptado de manera tan excepcional. Al fin y sin más explicación, me dejaron en libertad. Toda ésta historia fue debido a que un cargamento de armas y munición había desaparecido de los almacenes, con el complot de algunos militares, artificieros y transportistas civiles, para enviarlas a destinos que nunca supe. En aquellas fechas había el conflicto de Sidi Ifni y todos los implicados acabaron presos en el castillo de Montjuic. Yo sólo era el encargado de redactar a máquina la documentación, que obedeciendo órdenes de mi superior, se me suministraba. En ningún momento me pidieron excusas ó aclararme el error que contra mi persona habían cometido. Nunca más he sido detenido, con esa experiencia ya tuve bastante. Siempre he pensado cuanta injusticia se comete contra personas inocentes, muchas de las cuales han sufrido torturas, cárcel y hasta ejecutadas, por errores judiciales y venganzas personales ó políticas. No me gustan los uniformes bajo los que se irrogan el derecho a humillarte y amedrentarte con su prepotencia dictatorial. Algunas circunstancias han cambiado, pero aún existen poderes políticos y económicos que me hacen sentir encarcelado como aquellos nefastos días. Es por ello que siempre estaré a favor de la lucha por la SALUT I LLIBERTAT.

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