21.12.03

Durante los años que estuvimos viviendo en Soria, al llegar estos di­as de Navidad, nos creci­a por momentos la ilusion de poder volver a reunirnos con todos nuestros hijos y sus parejas y con mis cuñados Manolo y Conchi, pues a pesar de tener que venir todos desde Barcelona y con las inclemencias del tiempo que pudieran encontrarse, no fallaban por celebrar todos juntos las fiestas. Por termino medio nos reuni­amos unos quince y como no cabi­amos en el comedor de casa, se organizaban las comidas en la planta baja, en el bar. .Los del pueblo, acostumbrados como cada año, respetaban el cierre durante esas horas para nuestra reunion familiar. Lo unico que yo siempre me perdi­a, eran las salidas que todos haci­an para disfrutar del tapeo por los bares de Soria y que cuando alguien era la primera vez que se incorporaba a la familia, le tocaba pagar una ronda en el bar Cascante. Yo me quedaba atendiendo a todos mis clientes tras la barra, aprovechando la numerosa clientela que esos di­as se agolpaba de continuo para pedir una ronda tras otra. La mayori­a de la clientela eran los que siendo nacidos en .Los Villares, residi­an por su trabajo en otras ciudades y que como mi familia veni­an a pasar las fiestas con los suyos. Era el momento de aprovechar esta circunstancia, pues hasta que no llegaba semana santa, nos volvi­amos a quedar en cuadro. En octubre ya poni­a a la venta las treinta series de la loteri­a de Navidad, solo un año nos toco una pedrea y en la porra que tambien organizaba, acerte en tres ocasiones. Siempre recordaremos con cariño el que pudieramos estar todos juntos en estas fechas tan señaladas. Ahora que nosotros estamos en Barcelona, vuelven a ser ellos los que tienen que venir desde donde viven. Es el destino viajero de la familia en Navidad. SALUT I LLIBERTAT