Ayer por la noche tuvimos la cena con los antiguos compañeros de la mili. Lo celebramos en el restaurante La Cuineta, justo al lado de la Generalitat. Como todas éstas reuniones en las que recordamos los viejos tiempos, fue amena y entretenida por el tono de las diversas conversaciones que cada grupo tenía en común. Los restaurantes, los bares, los comercios, las calles, estaban abarrotados.

Cenas de empresa, compras de fiestas, mucha juventud en busca de su diversión. En la plaza San Jaime han colocado el pesebre tradicional que éste año es de diseño. A mí particularmente no me gustó. Prefiero los de antes, con un gran abeto lleno de guirnaldas de luces y las figuras del nacimiento desparramadas a sus pies; cuando veníamos con la zambomba y la pandereta a cantar villancicos después de la cena de nochebuena. Ahora los tienen que encerrar en unos habitáculos para que no los roben ó destrocen. Después de despedirnos hasta la próxima cena, con dos amigos subimos por las ramblas hasta la parada del metro en Catalunya y regresar a casa. Ha sido una noche agradable que espero repitamos en más ocasiones. Hoy la plaza San Jaime se vestirá de gala para nombrar a Pasqual Maragall nuevo presidente de la Generalitat de Catalunya. Empieza otra etapa en el devenir de la historia, que espero sea la mejor para nuestro futuro. Como siempre con SALUT I LLIBERTAT.