21.11.03

Hoy he tenido que ir al Ayuntamiento de Gracia en la Plaza Rius y Taulet para recoger la tarjeta rosa metropolitana, valedera para desplazarme en los transportes urbanos. Al subir por la calle Gran de Gracia, ha pasado por delante de la que en su tiempo fue la boutique Leiza, donde trabajaba Mari Luz y que todas las tardes pasaba a recogerla y darnos un paseo hasta la plaza Lesseps y luego dejarla en la residencia de las monjas Paulas en la calle Carolinas, donde residía. Las tardes del sábado y domingo íbamos unas veces al cine y otras a bailar. Mas que el baile, lo que nos gustaba era hablar de nuestras afinidades y proyectos, con los boleros como música de fondo. Locales como Bikini, Ritmo, Arizona, Jardines Pedralbes y otros fueron escenario del inicio del gran amor que nos profesamos. En el verano del 61 fui a Soria a conocer a su familia. Por referencias ya me eran muy agradables, y al descender del tren fui recibido por su padre. Guardo un grato recuerdo del primer contacto con todos ellos que desde el primer momento me demostraron su cariño. Tanto sus padres Julián y Felipa como sus ocho hermanos. Era agradable el ambiente en una familia tan numerosa y bien avenida. Los primeros paseos por el Collado, la Alameda de Cervantes, el Espolón o la Ermita de San Saturio, amén el tapeo en el tubo, me transportaron a una ciudad muy distinta de la mía en la cual siempre nos faltaba tiempo y no teníamos la costumbre del paseo y la conversación plácida con familiares o conocidos. A partir de entonces, siempre que podíamos, hacíamos una escapada para desintoxicarnos de nuestros humos y respirar el aire sano y la panorámica de la ciudad desde lo alto del Castillo, reconvertido en el parador de turismo Antonio Machado. Soria Pura cabeza de Extremadura, gracias por haberme dado lo que mas quiero: Mari Luz. Un beso a todos y por siempre SALUT I LLIBERTAT.

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