27.11.03

Fue un día de San Valentín que me concedieron, después de tres meses de espera, la compra de mi primer coche. Era un seiscientos de color rojo, matrícula B-395883. Fue mi primera gran ilusión convertida en realidad. A partir de ese día ya podíamos disfrutar de las salidas domingueras a donde quisiéramos, sin tener que depender de mis padres. Al principio éramos tres, luego fuimos aumentando la familia y llegamos a ser seis los que disfrutábamos con los viajes que nos llevaban a cualquier lugar donde mis hijos pudieran disfrutar del aire libre. Ibamos al pantano de Sau, a Caldas de Malavella, al Montseny, a Vallromanas, al Mas Carbó, a las playas de Gavá, Castelldefels, Garraf, Sitges ó Cunít. Cuando en verano nos íbamos a Soria, a casa de la abuela Felipa, ya era el colmo de la aventura. Salíamos de casa a las seis de la mañana para enfilar la N-II y durante el trayecto, para distraernos, cantábamos, se proponían acertijos, matrículas de coches. Cuando pasábamos Lérida y empezaban los Monegros, si nos cruzábamos con otro coche de matrícula Barcelona, nos saludábamos con un agitar de manos muy elocuente. Si teníamos que adelantar a un camión que nos encendía el intermitente para darnos paso, le tocábamos el claxon, dándole las gracias por su comportamiento. En Gallur enfilábamos la carretera hacia Soria y al pasar por Magallón, todos a una gritaban, el pueblo del Chete !!!, por que una vez había parado a echar una cabezada. El viaje nos duraba unas ocho horas, a un promedio de 60 km/h. Antes de llegar a destino, nos parábamos en la fuente del puerto del Madero para refrescarnos y componer la figura después de tantas horas de viaje. Ya empezábamos a ver el Castillo, San Polo y San Saturio, los Arcos de Duero, el puente sobre el río, las barcas de paseo del merendero Augusto, la Plaza Mayor y por fin la casa de la abuela. Siempre era una gran alegría el encuentro con nuestra familia soriana, donde mis hijos disfrutaban enormemente del cariño de todos ellos. Estaban en un ambiente feliz y muy mimados. Tiempos inolvidables de SALUT I LLIBERTAT.

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