VICTOR

Queridísimo hijo:
Acabas de celebrar tu 39º aniversario junto a tu querida esposa y tus tres maravillosos hijos, formando todos juntos una gran familia de la que me siento orgulloso. Aún tengo vívido en mi recuerdo el día en que tu madre te trajo al mundo en la Clínica Adriano. Yo estuve presente en el momento inolvidable de ver tu nacimiento aquel mediodía de primavera. Cuando el ginecólogo nos anunció que eras un niño, se vieron confirmados los pronósticos que desde hacía meses nos habíamos planteado tu madre y yo. En aquellos tiempos no existían las ecografías para determinar de antemano el sexo del nacido.
Tu fuiste el tercero de nuestra saga y la canastilla que preparamos, contenía la ropa del color azul correspondiente a tu sexo.
Después del parto, el médico y la comadrona nos preguntaron como estábamos tan seguros que serías un niño y nosotros le respondimos que así había de ser.
De los cinco hijos que hemos tenido, predomina la alternancia. El primero, tercero y quinto han sido varones. La segunda y la cuarta, nuestras queridas hijas que han hecho posible éste hermoso ramillete familiar del que nos sentimos legítimamente orgullosos.

Tus padres y hermanos te deseamos que siempre seas el hombre recto y honesto que ha formado una gran familia y que por tu perseverancia logres las metas que te has propuesto