11.4.06

SEMANA SANTA



Otro año más volvemos a celebrar los ritos que la Iglesia Católica destina a la Pasión y Muerte de Jesucristo.
Dos tercios de España se vuelca a las calles para ver desfilar los cientos de Pasos que bajo diversas advocaciones, salen de los templos acompañados por los encapuchados con sus capirotes. Alguien canta una saeta en medio de un sepulcral silencio.

















Las velas son la única luz que ilumina la procesión meciéndose con el vaivén del monumento sacro izado a hombros de los costaleros.

Esa es una parte de la población que sigue fiel a sus tradiciones. El tercio restante aprovecha éstas fechas para tomarse unas vacaciones y según las estadísticas un 40% se queda en su comunidad, otro tanto viaja por otras zonas del país y el resto se desplaza al extranjero en busca de nuevas aventuras.

La primera vez que crucé la frontera que nos separa con Francia y teniendo como destino la ciudad de Bruselas, fui con mis amigos el día de Jueves santo a una discoteca de la Grand Platz para ambientarnos con los últimos ritmos de aquel inolvidable Abril de 1960. La experiencia de éste acontecimiento tan distinto del ambiente de recogimiento que aquí se nos imponía, nos iba descubriendo otra alternativa a tanto puritanismo y cerrazón imperante impuesta por el binomio Iglesia-Estado.

Hoy en día por lo menos, cada ciudadano puede escoger libremente la opción que mas le apetezca según sus costumbres y su manera de pensar, sin por ello ser multado o excomulgado como antaño.

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