26.9.05

26-09-05



Después de tres meses y medio de sequía epistolar, me he decidido a reiniciar el relato de mis andanzas presentes y pretéritas. Después de plantearme la necesidad de continuar compartiendo mis pensamientos con mi familia, amigos y fieles seguidores anónimos, es por lo que vuelvo a enfrentarme con la página en blanco que como una obsesión me recrimina no tener la valentía de continuar éste diario.

Ha transcurrido otro verano de mi existencia. Ya pertenecen al pasado los maravillosos días que hemos disfrutado visitando a cada uno de nuestros hijos por toda la geografía catalana. Las estancias con cada uno de ellos de inolvidables horas de felicidad y disfrutando de la inigualable compañía de nuestros nietos.

Hemos viajado a Pau y después a Centenys pasando por Calonge sin olvidar Sant Fost y Terrassa. En unos estuvimos un día y en otros cuatro ó cinco. Todo ello dependía del calendario de sus vacaciones al que nos teníamos que ajustar. Unos viajaron a Menorca y otros visitaron localidades del sur de Francia.

Han sido días de compartir con todos ellos sus anhelos y confidencias. De sentirnos otra vez muy unidos como familia numerosa que somos, de revivir viejos recuerdos de su niñez y adolescencia. Disfrutar de nuestros nietos y del prometedor mundo que les rodea en su entorno familiar y escolar.

De momento dejo constancia de los felices días que hemos disfrutado y continuaré relatando otros no tan afortunados como los que nos depara la vida día a día.

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