INVIERNO

Hoy a las 13.42 estrenamos la cuarta estación del año. El frío invierno llega puntual a su cita anual y nos recuerda que hay que proveerse de bufanda y guantes, de gruesos jerséis de cuello alto que abriguen nuestra nuca y garganta, de abrigos y parcas con capucha con que proteger la cabeza.

Aquí en Barcelona ciudad, no suele hacer frío invernal hasta Enero y Febrero salvo algunas madrugadas en que el termómetro roza temperaturas que rayan los 0º sobre todo en los barrios altos lindantes con Collserola, siendo más rigurosos cuando sopla el viento del norte golpeando inmisericorde el rostro.

En tierras castellanas lindantes con los puertos de montaña, con grosores de nieve altamente espectaculares que hace necesario el servicio constante de las máquinas quitanieves, es de donde guardo imborrables recuerdos por la belleza de los paisajes.








En medio de agreste montañas recubiertas con el albo manto, se puede escuchar el inmenso silencio de la quietud, solo quebrado ocasionalmente por el susurro atenuado de un deslizamiento lejano.








En las solitarias cumbres del puerto de Oncala, divisoria de las provincias de Soria y La Rioja y las del puerto de Piqueras que lo hace con la de Logroño, he sentido la misma sensación que la de los grandes alpinistas coronando las mas altas cumbres del mundo. Es tal el sentimiento paz y admiración en comunión con la naturaleza, que llegas a sentir algo espiritual que predispone el ánimo hacia el amor y la confraternidad humana.










Con el coche calzado de cadenas, emprendemos el lento descenso por las sinuosas curvas del puerto gozando del inconmensurable paisaje de los altos picos y profundos barrancos.