13.12.04

CIUTAT VELLA



Barcelona, mi querida ciudad donde nací, tiene el orgullo de ser una de las capitales mas visitadas por sus monumentos y congresos.

Entre los barrios mas destacados por su antigüedad, es el de Ciutat Vella uno de los que siempre han dejado huella en mi memoria.

De pequeño, solía ir a casa de mis tíos en la calle Àlvarez de Castro, al lado del mercado de Sta. Catalina. El primer reloj que me compré, fue en una relojería de la Baja San Pedro. La primera agresión violenta, fue un trece de diciembre en la calle Jaime Giralt.

Nunca olvidaré el recorrido que había efectuado desde Sombrerers, Princesa, Pou de la Cadena, Plaza de la Lana, Corders, Carders y al doblar la esquina en Jaime Giralt, un individuo me empujo hacia un portal y arrinconándome bajo la caja de la escalera, me golpeó con saña en la cara, sin conseguir apoderarse de nada de valor. El morado en un pómulo y el ojo me duró una semana, pero el sobresalto de la violencia aún está presente hoy día.

Ello no fue obstáculo para que siempre que he podido vuelva a recorrer las estrechas calles que pueblan éste sugestivo barrio tan pleno de historia y emblemáticos monumentos.










También en éstas fechas prenavideñas, en los actos de la Fira de Santa Llúcia, se efectúa la salida de La Carassa, el cabezudo con cabeza de moro que por su gran boca lanzaba golosinas y peladillas a la chiquillería y a las modistillas que festejaban a su patrona.








Ciutat Vella, el Barri Gótic, el Raval, Las Ramblas, son unos barrios de tal singularidad que no hay otros en ningún lugar que se puedan comparar.

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