1.11.04

Cipreses



Hoy no podía ser de otra manera. El despertar del nuevo día hace honor a la fecha del calendario, el cielo está triste y los negros nubarrones descargan sobre Barcelona esa lluvia persistente, duradera.

Se unen con complicidad a los sentimientos de aquellos que acuden a los cementerios para honrar a los seres que se ausentaron. Los ramos de flores que van a depositarse al pié de las tumbas, recogen las gotas que caen mansamente.

Si a lo lejos divisas un conjunto de cipreses, lo primero que imaginas es que ese lugar es un camposanto. Son el símbolo del reposo y la quietud eternas.
En otras ocasiones son árboles ornamentales de lujosas villas y palacetes, bordeando la avenida que conduce a la regia mansión. También los encontramos flanqueando las escalinatas de una remota ermita sólo abierta para procesiones y casamientos.

José María Gironella publicó el año 1953 un hermoso libro titulado “ Los cipreses creen en Dios “ en el que relata los sucesos de una familia de Gerona, los Alvear, durante la época de nuestra guerra civil. Magnífica historia de acontecimientos acaecidos durante esos tristes años. Copio el pensamiento con que encabeza sus relatos, que inducen a la reflexión:

¿ De dónde nacen las riñas y pleitos entre vosotros? ¿ No es de vuestras pasiones, las cuales hacen la guerra en vuestros miembros?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Profunda reflexión la de Alvear. Hoy es un día extraño porque se suele pensar en los que ya no están.

Un abrazo. :)

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