14.10.04

Como para vivir, no vivo para comer. Nunca he sido lo que denominamos un pantagruélico, mas bien tengo la tendencia a ser algo sibarita. Me encanta lo poco y variado. Cuando tengo que asistir a alguna celebración que implica sentarse a una mesa y empezar a elegir los platos de la carta, me entran verdaderas dudas sobre cuales voy a elegir. Las aventuras que he experimentado a lo largo de los años, unas veces han sido altamente positivas y otras decepcionantes, teniendo que dejar a medias lo servido.

En casa no hay problema. Mi querida esposa confecciona los mejores platillos que son un placer para el paladar. Ahora como es el mejor tiempo para las setas, prepara unos riquísimos rovellons a la brasa, con aceite, ajo, perejil y pizca de sal. Los acompaño con un boniato frito a rodajas y salpimentado. Están para chuparse los dedos.
En Castilla se les conoce con el nombre de níscalos y en la provincia de Soria hay gran abundancia en la zona de pinares. También por Navarra y el País Vasco son grandes consumidores de ésta excelencia de la naturaleza.












Las salidas de finde con nuestros retoños, algunas veces íbamos a alguna de las muchas masías-restaurantes que por Catalunya existen, para degustar las distintas variedades de setas que por aquí preparan exquisitamente. Buen provecho, bon profit.

















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