1.1.04

Ha amanecido un nuevo día, empieza un nuevo año. Anoche tuvimos una tranquila velada Mari Luz y yo, cenamos un surtido de canapés de caviar, patés varios, jamón de Jabugo, queso, un buen vino de crianza de Rioja y las uvas con un cava gran reserva. Por primera vez hicimos doblete con lo de las campanadas de medianoche. A las diez las celebramos con la hora de Leningrado y a las doce con las de TV3 desde Sant Andreu. Luego estuve haciendo zaping entre las quince cadenas de televisión y aparte de las catalanas bastante mediocres, el resto eran de pena y llenas de anuncios. Recibimos llamadas de felicitación de nuestros hijos y nos fuimos a descansar tan panchos. Me he levantado como todos los días a las siete, sin resaca y he salido a pasear a Rohn que como no sabe de fiestas, tiene que hacer sus necesidades habituales. Después de desayunar, me dispongo a realizar mis tareas diarias delante del ordenador y éste mediodía nos iremos a casa de mis cuñados Manolo y Conchi para celebrar su santo, que como todos los años, así lo venimos haciendo. Como dice el refrán Año Nuevo, vida nueva, voy a enviar un correo a un nuevo amigo que ha surgido del pasado más remoto, de mi época escolar y con el cual hemos empezado a rememorar viejos tiempos de la posguerra. A todos los que teneis la paciencia de leerme, os deseo un feliz 2004 con más SALUT I LLIBERTAT que nunca.

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