2.12.03

Estoy como todos los días preparado para escribir mi crónica diaria y en la habitación de al lado, Mari Luz está cosiendo a máquina los arreglos de la tienda. Cuando Vicente, Virginia, Víctor y Verónica eran pequeños, asistían al parvulario Vilar en nuestra misma calle y para los carnavales su madre se ponía a confeccionarles los disfraces. Como tiene unas manos de oro y mucha imaginación, se ponía manos a la obra y a cada uno le hacía el más apropiado. Un año a Vicente le tocó ser vaquero del oeste, Virginia de arlequín, Víctor de pirata con parche en un ojo y garfio y Verónica de flor. También le hizo uno de payaso a Magda, la hija de Pili. Años mas tarde, cuando vivíamos en Soria, en Octubre ya empezaba a trabajar en los sesenta ó setenta que tenía que tener listos en Febrero para venderlos en su tienda. En otra ocasión a Vicente le vistió para el papel de Judas en la obra que representaron en el teatro del Bruc, Jesucristo SuperStar, con sus amigos de Collbató Jesús y Carlos. También nosotros tuvimos ocasión en unos carnavales que se celebraban en el Layetano, el mío era de carta de la baraja, el dos de pic. A mis nietos también en algún momento les ha hecho alguno y algo para las paradas en las Ferias Medievales de la miel. Tengo una mujer extraordinaria y ésta una de las múltiples facetas de su maravilloso que hacer. Con ella para siempre con SALUT I LLIBERTAT.

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