12.12.03

Como soy un pecador, políticamente hablando, me he impuesto una penitencia diaria para que me sirva de redención. A primera hora conecto la radio y durante dos horas me mortifico con el programa protagonistas de Onda Cero. La hora siguiente es la más flageladora leyendo los artículos de Libertad Digital, en especial los de Federico Jiménez Losantos. Yo me pregunto como es posible que vivamos en un país democrático en el que tengas que oír y leer tales descalificaciones hacia personas e instituciones que no comulgan con su imperialismo, con ese tono prepotente y altivo de salvadores de la patria, deformando todo lo que opinan en provecho propio, demonizando hasta el paroxismo a pueblos enteros por su lengua ó por sus ideales que ellos jamás querrán compartir. No saben ni quieren dialogar. Actúan como los señores feudales de la meseta castellana de antaño, todo para ellos y nada para el pueblo. Ellos si que son los separadores al imbuir machaconamente sus particulares ideas a un público al que tienen drogado con los programas infectos que les proporcionan en las televisiones estatales, con cientos de horas semanales dedicadas al marujeo y el voyerismo nauseabundo. Están formando a una juventud sin valores humanos ni educación. En lugar de satanizar e insultar, mejor sería se preocuparan de los muertos y parapléjicos que cada día se producen en las carreteras, la mitad de ellos menores de treinta años, y el coste en millones de euros que ninguna estadística se atreve a publicar. Déjense de tanta política y aprovechen su gran impacto de comunicación para hacer un país más culto y menos enfrentado. A los que no somos como ellos, déjennos con nuestros ideales y ocúpense de los suyos. Nadie es perfecto, pero queremos nuestra oportunidad, mal que les pese, con SALUT I LLIBERTAT.

No hay comentarios: