18.12.04

TANGOS



Como hago habitualmente a primera hora de la mañana, después de dar el consabido paseo con mi perro y desayunar frugalmente, es abrir la mágica ventana del ordenador para dedicar mi atención a repasar el comentario que el día anterior he publicado en mi diario.

En varias ocasiones me han comentado el porqué de éste adjetivo que casi nunca concuerda con mis pensamientos. Lo bauticé así al principio de la singladura, para que fuera como un desahogo ante tantas injusticias y por sentirme defraudado de muchas falsas enseñanzas que condicionaron mi adolescencia, mi juventud y hasta mi madurez.

Continúo pensando lo mismo que entonces, pero también he aprendido a afrontarlo desde otro prisma mas benévolo y maduro que sólo la experiencia de los años aplacan el ímpetu juvenil que anida en mi corazón.

Las razones que han ido aplacando mis enfervorizados sentimientos, tienen mucho que ver con los comentarios de amigos y amigas que leo con fruición y los correos electrónicos que recibo desde otros países latinoamericanos con sus siempre cálidos mensajes.

Hoy va mi saludo a mis amigas de Lima, La Paz y La Serena en Chile. A las de Barrio Belgrano y Alto Palermo en Buenos Aires.
A todas ellas les dedico a través de las ondas, los tangos del inolvidable Carlos Gardel que suenan ahora arrullándome, transportándome a miles de kilómetros, hacia vuestros hermosos paises.

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